sábado, octubre 20, 2012

¿Último cumpleaños en León?



¡Quién sabe! Una cosa es clara: yo tengo ganas de dejar de vivir aquí. No es que odie esta vida, pero tras cinco años me parece necesario un cambio de rumbo. Por otra parte, se me abre una vía alternativa: el miércoles pasado surgió una plaza urgente de profesor asociado para el departamento de Lingüística. Yo no tenía la menor idea, me avisó un amigo y, de una forma no excesivamente cuidada, logré reunir los documentos previstos, con alguna previsible laguna, y los entregué ayer, antes de que venciera el plazo. Huelga decir que no se pierde nada con ello. En una anterior convocatoria de este tipo, se presentaron dos contendientes. Ante semejante competencia, positivo es probar. Se trataría de dar cuatro horas a la semana, en campos que no son los que más domino, pero sería experiencia laboral y académica, algo de lo que ahora mismo carezco en la universidad de Lund. 
Así pues, solo cabe esperar que el fallo salga antes de que ponga el pie en el avión. La semana que viene toca viaje, supuestamente de despedida, por Madrid y Granada. Si durante este me concedieran la plaza, tendría que volver a León como un relámpago, en el caso de que la quisiera aprovechar. Es bueno disponer de varias oportunidades a elegir. Y, al margen de la chavala confundida de Lund, estuve hablando por más de media hora con un sueco a través de Skype, en inglés, logrando desentrañar la mayor parte de la conversación para mi sorpresa, y creo que ya tengo habitación disponible. Lund o León, lo único claro es que la vida va a cambiar, incluso aunque permanezca aquí. 
Por lo que respecta a hoy, tampoco es un día de muchas preocupaciones, toca celebrar el cumpleaños con unos lambrusquillos, as usual, y en buena compañía. Let´s go! 

martes, octubre 16, 2012

L(o)uis

Yo nunca tengo problema en dar la razón a buenos amigos, aunque me fastidie. Muchas veces, eso sí, lo que me aconsejan es algo que yo ya se, de modo explícito o implícito. Después de cinco años, es muy difícil buscar piso. Yo querría un apartamento individual, pero para eso, por ahora, no llega el presupuesto. Así que toca compartir, y encima buscando en el extranjero, desde León. Todo ello da lugar a errores absurdos, como el que he sufrido, de una imbecilidad digna de una novela de Houllebecq, como la que leí ayer. 
En español tenemos la raíz -a, que permite distinguir entre pares de nombres como Luis/Luisa, por ejemplo. Ello no pasa en el extranjero, países no hispanohablantes  Tenemos Louise, Louis, etc. Así pues, fui tomado como una señorita por una estudiante de Lund, poco avezada por lo visto en eso de buscar compañeras de piso. Tras verme vía Skype, dijo que, de compartir, hostias. ¡Vaya! Es decir, que, cuando no sabía mi género, dijo que yo era agradable, y luego... ¿De qué colegio de monjas se ha escapado usted, señorita, que no tiene puta la idea de cómo soy, ni de qué busco, ni de que no soy Alfredo Landa persiguiendo suecas o no suecas? 
Pues nada, espero que tenga suerte y más ojo la próxima vez, aunque otra parte de mí (la parte angry) desea que se joda y se chupe todo el alquiler del mes ella sola, como castigo ejemplar... ¡Serenidad, pese a todo! Creo que ya tengo habitación en un pueblo cerca de Lund, en una casa grande con jardín, compartiendo con estudiantes hispanohablantes y un casero sueco que parece inteligente y divertido. Así pues, este tropezón no será para tanto, en peores me encontraré una vez llegue allí, mañana hablaré con quien imagino será mi casero y ahora me voy a tomar un vaso de cola zero para reponerme del susto. Ciao cho chin! 

lunes, octubre 08, 2012

Mi no-Erasmus

Los recortes llegan a todos los ámbitos, ahora se habla también de que el programa Erasmus está en peligro aunque, en realidad, las becas que ofrece tampoco es que sean para vivir desahogadamente si no se tiene una subvención adicional. Para mi carrera sería una verdadera desgracia que no hubiera Erasmus, ciertas asignaturas se mantenían a base de alumnos extranjeros. 
Yo no hice Erasmus. Yo nunca he actuado en base de lo que se tiene que hacer, aunque ello me haya perjudicado. No creo en lugares comunes, ni mucho menos en eso de que constituye el mejor año de tu vida, clara hipérbole a menos que se trate de gente bastante desgraciada. Yo respeto y estimo a aquellas compañeras que se han ido o ahora mismo están fuera con Filología Hispánica. A mí me parecía absurdo irme fuera de España a aprender español. Si yo me hubiera ido de Erasmus, principalmente hubiera buscado aquello que los tópicos asocian a ello. Preferí mantener el expediente. 
Los tópicos tienen base de verdad, pero incluyen mentiras carcajeantes. La mayor, que el Erasmus provee un aprobado fijo. ¡Qué va! Anda que no he visto yo suspensos humillantes y, de hecho, hay profesores que no tienen especial predilección por estos alumnos. Tampoco tuvo piedad mi más reciente profesor de literatura con la única chica extranjera de la clase, que abandonó a los pocos meses tras ver el berenjenal en que se había metido. Hay gente que estudia, qué duda cabe, y con una buena organización le sobra tiempo para visitar España e hincharse a tapas. Otros optan por ciertas trampillas, fácilmente descubiertas, la whiskypedia o, si encuentran nativos receptivos como yo, les piden ayuda. Confío en encontrar gente tan colaboradora cuando vaya a Suecia. 
Salvando lo del idioma, todas las habilidades que se asocian al Erasmus se pueden desarrollar aquí. A mí me pasó en Madrid. Allí estudié y trabajé, compartí un piso donde cocinaba, limpiaba, etc. Incluso respecto al tópico más persistente, las oportunidades sexuales, os puedo asegurar que en Madrid surgían en grado mayor a las de León, y no será porque aquí no me las restrieguen a diario. En realidad, el tema no es el desplazamiento, sino la capacidad de sacrificio. Cualquier persona es susceptible de ser arrastrada por las fiestas, como lo fui yo el sábado hasta cierto punto. Frente a lo que opiniones ignorantes puedan sostener, yo tuve durante la carrera largas temporadas de fiestas tanto dentro como fuera de León. Pero las capé. Hubo que elegir. 
Otras opiniones igual de ligeras podrán pensar que no me fui por comodidad. En absoluto. De hecho, me voy ahora, dentro de un mes. Y voy a sacrificar, con alegría por mi parte, buena parte de la comodidad que tengo aquí. No importa, lo compensaré con otra clase de estímulos y desafíos que me saquen de este epílogo leonés en el que, convertido temporalmente en ni-ni, me siento en tierra de nadie si bien gracias a ello me permito disfrutar de los últimos vinos baratos y de los últimos trasnoches para ver Cuarto Milenio. 
A diferencia del Erasmus, yo me iré para siempre si veo que merece la pena. No es algo que pueda saber ahora... 

viernes, octubre 05, 2012

Sexto aniversario


¡Se dice pronto! Seis años. Ciertamente, en el actual he bajado el ritmo del blog, de modo similar a lo que sucede con el blog poético. Bueno, resulta inevitable, y no es un problema de inspiración, sino de prioridades. Fijáos en lo que ha sucedido esta semana: quizá por la buena (mala) vida con la que estoy celebrando el fin de la carrera y el no-inicio del nuevo curso, o tal vez debido a la llegada severa del otoño, me ha atacado uno de esos persistentes catarrillos, de nada ha servido que llevara dos meses poniéndome en forma en el gimnasio. En estos días no ha habido deporte y, lo que es más frustrante para mí, tampoco he podido seguir con los preparativos de mi viaje. 
Claro que, ¿son tan importantes los preparativos? La más necesaria es la preparación psicológica, que varía según la jornada: a veces me muestro más optimista, en otras ocasiones menos, lo cierto es que estas últimas suelen coincidir con los días resacosos o congestionados, como el presente. Sea como fuere, ni uno solo de estos días olvido la absoluta  necesidad del viaje. No hablo ya de su éxito o no, pero la mera experiencia será el verdadero colofón de mi carrera, y un escalón más dentro de una serie de pasos que comenzaron hace seis años, cuando comencé este blog y, merced al lamentable episodio del five carros affaire me planteé la salida de un puesto de trabajo pre-crisis, en el que tal vez podría continuar ahora mismo. ¡Qué gran decisión la mía al año siguiente, lo digo sin asomo de vanidad, la de completar los estudios que siempre quise terminar, y además (algo que yo no preveía) con excelentes resultados! 
El amigo Hall podrá recordar cómo marché de Madrid con una maleta vacía, aunque llena de esperanza que al final pudo materializarse. Cuando vaya a Estocolmo no podré llevar ni la mitad de equipaje que querría, es lo que tiene el low-cost, pero las herramientas vitales para encontrar trabajo no serán físicas, tendré que irlas desarrollando para desenvolverme en un idioma que no es el mío, e ir aprendiendo el nativo, sumergiéndome sin miedo en esos ambientes, la única manera segura de establecerme allí. 
Bueno, no puedo seguir con estos fastos, el catarro me lo impide. Diré, por último, que una excelente manera de llegar a un país extranjero es ir conociendo su cultura, comenzando por la popular, por ello (y porque me gusta), en los últimos días estoy reproduciendo de continuo los greatest hits de ABBA, y ahí os dejo un vídeo que lo certifica. Gracias por seguirme, y thank you for the music.