¿Importaría eso? Existen paralelismos con el TFM, así como diferencias notables. El TFM era obligatorio para adquirir el título de máster, la tesina es una actividad complementaria y no requerida por el doctorado. En ambos casos me he constituido en una especie de vector gafe, con directoras que se han puesto de baja durante la supervisión de los trabajos. En el TFM, no obstante, pudimos ir trampeando de buena o mala gana los borradores de cada capítulo para pergeñar la versión definitiva. En la presente tesina, he estado durante todo el mes de mayo sin tener la menor idea de si voy por el camino adecuado. No culpo a mi directora, desde luego, que desde noviembre ha sido una fuente de motivación muy importante para mí. Todos somos humanos. Todavía hay tiempo para exponer el análisis práctico en tres semanas y corregir errores a la carrera, pero yo no voy a gastar dinero en la matrícula si no estoy seguro de que voy a defenderla en julio. Bastante pasta ya me sacará dicho mes cuando llegue la expo de Iker, la Semana Negra, etc.
Confío en que mañana pueda tener esa palabreja tan usada en el doctorado, feed-back, para poner en marcha la maquinaria o ralentizarla, que no detenerla. La tesina se va a hacer, ya lo creo que sí. Aparte del bloque teórico, ya establecido con sólidos pilares, la comparativa de las dos obras autobiográficas de Winterson ha llenado de lápiz las mismas, con el material suficiente para llegar a cuarenta folios o más. Si los tengo que preparar en verano, así sea. Tras disfrutar de este fin de semana aquí, regresaré a León para mi santo o para san Pedro, quizá con alguna hipotética fiesta del Orgullo como la que el año pasado me propició uno de los encuentros más felices del año. Con la posibilidad de repetir algo así en vista, si al final el mes se me carga de trabajo lo haré con gusto.