sábado, diciembre 23, 2017

La suerte relativa.


 Qué mejor manera de cerrar el año que en Oviedo. Este, el año en que he dejado de vivir allí, no obstante considero que ha sido el mejor en cuanto a mi estancia. Quizá me equivoque un poco, pero es la sensación que tengo. No quiero perder el contacto, ni con la región ni con las personas a las que he conocido allí. En el caso de Giovana, mi compi doctoranda, aunque en otra rama, me temo que se ha convertido en ex-doctoranda debido a los célebres y nefastos recortes que han terminado con su contrato. Tres años para esto... Y yo que creía que mi tesis iba un poco mal. La suerte es relativa, desde luego. A mí no me va mal, otra cosa es lo que pueda suceder el año que viene, si no me pongo en plan intensivo y con verdadero afán de cometer sacrificios que merezcan la pena. Sea como fuere, brindamos en el café Ópera con unos cócteles Madame Butterfly para que el optimismo no se pierda y el 2018 se porte bien. Ojalá sigamos en contacto, y que un día se venga de visita por aquí.




 También tuve la fortuna de coincidir el mismo día con Juanjo y, para celebrarlo, abandoné todo atisbo de dieta moderada y cenamos en el american diner Billy Bob. El entrante se superpuso al principal, con unos nachos obscenamente hundidos en mayonesa y queso fundido. Y, coronando, el sundae de postre, helado sobre galleta con chocolate caliente. En realidad, considero que la cena de Nochebuena debió de ser esa. No se qué vamos a tomar mañana pero, dado que vamos a un sitio con spa, creo que eso es un buen incentivo para moderarse y no lucir como un Papá Noel en bañador. En fin, esta fiesta de Pantagruel fue seguida al día siguiente por la verdadera razón de mi estancia, tutoría y después reunión. Ambas muy satisfactorias, ambas productivas. La tesis mejora, con ya unos dos tercios del total (fácilmente alargable). La reunión era para un congreso planeado para otoño, aunque podría celebrarse después de que, en el mejor de los casos, ya hubiera defendido mi proyecto. Nada imposible, salvo por la frustrante y ya expuesta sensación de que algunos de los complementos no dependen de mí. Pero mandaré todos los articulitos que sean necesarios. Felices fiestas, y felices aunque razonablemente saludables farturas...




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